Estamos en tiempos gloriosos, cada día que pasa la venida del Señor Jesucristo esta más cerca, y es evidente que nuestro Dios ha preparado, como lo hizo en las bodas de Caná “el mejor vino para el final”; un vino nacido en su Presencia, un vino que sana, libera y transforma.

Ahora nos toca a nosotros servirlo, cumpliendo la gran comisión que nos ha sido dada; la de anunciar el evangelio. Cada vez que anunciamos las buenas nuevas ese vino preparado, es servido, ya que el deseo de Nuestro Señor Jesucristo es bendecir de una manera sobreabundante.

Por estas razones y por el amor a Él que Dios mismo ha puesto en nuestro corazón, nace  el proyecto de “Tiempo de Milagros" .
 
Dicen que el éxito en la vida es saber cual es la misión y el propósito por el que uno ha nacido, y a través de una relación íntima con el Espíritu Santo podemos llegar a entender que nuestra misión más importante es llevar el evangelio del Reino de Dios a todos los perdidos y así cambiar su destino tal como Dios ha cambiado el nuestro. Y encontramos también al obedecer la gran comisión que nos ha sido encomendada nuestro propósito en la vida. Entonces nuestra misión es predicar el evangelio y nuestro propósito es obedecer a Dios.